domingo, 27 de septiembre de 2009

Fragmento 3

Viene llegando. Está a pocas calles, en una ciudad derretida y sin ventanas, en una ciudad de tejados oscuros y resbalosos, en una ciudad enrollada y sola. Mientras cruza las vitrinas y las enramadas de cables oxidados, piensa en dar la vuelta, en dejar de respirar. Tardó tres años en decidirse y se siente débil y su corazón es un lugar estrecho y vacio.

Antes de cumplir 14 años, Julia saltó por la ventana con una mochila amarilla y un remolino en el estómago. Debajo de la almohada de su hermano dejó una carta. En la tarde de este 27 de septiembre se arrastra de regreso como una sombra, sobre los muros desdibujados, entre las rejas de las casas viejas, por encima de los sembrados tristes de las mujeres de su familia. Sus labios van temblando, ya no tiene palabras para devolver la memoria a su lugar. Las escenas aparecen como el preámbulo para repetir la historia, en los callejones -20 años atrás su hermano le dibujó una rayuela en esa esquina-, en las tardes que escondía entre el bolsillo de su falda, en los golpes en la mejilla, en las medias sobre el tobillo y los zapatos sin cordones.

Esta noche Julia cumple 32 años, usa la misma mochila amarilla y todavía tiene miedo.

14 comentarios:

Julia dijo...

Me atrapó esta historia de "mi tocaya"!! :)

Besosss.

Anónimo dijo...

No sé porqué me sentí identificada con este post...
Saludos

niza dijo...

me estremeci...

Marina Agra dijo...

uf. esto me estremeció. lo leí dos veces porque no podía ser...

eMiLiA dijo...

¿es posible dejar de tener miedo?


Me gustó mucho,


un abrazoo.

Sauze dijo...

guardamos los miedos durante etapas, pero casi siempre, cuando menos nos lo esperamos , vuelve a ver la calle.
dificil dejar de tener miedo.aprendo sobre esto todos los dias.
gracias por tus coments en mi blog,
un placer

Patricia Angulo dijo...

Esta historia me emocionó por lo real, conocí a alguien que saltó por la ventana con 14 años y mucho miedo, dejando una carta bajo la almohada.
Tiene una melancolía deliciosa este post.

Besos.

karina Androvich dijo...

Me encantó Jorge.

Julia escapa de las historias de las mujeres tristes de su familia, casi sentí el remolino en el estómago cuando saltó por la ventana.
Me parece un texto muy valioso.

Gracias por ser el primer visitante de mi otro sitio-refugio.

Besos y adelante con Julia que puede, dicta, sabe.

Karina

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

El tango Volver dice que 20 años no es nada, aunque sospecho que Julia trae en esa mochila azotada el peso de cientos de derrotas.

ShaO dijo...

Tremenda historia y es que muchas veces se nos olvida que el miedo lo llevamos tejido a la piel.
Un abrazo fuerte

pati dijo...

Quizá llegó la hora de desprenderse de esa mochila amarilla...

Me ha encantado, Jorge.
Me voy con un remolino en el estómago... ;)

Saludos :)

pS.: Ojalá y sigan esas "Pequeñas miradas".

PIZARR dijo...

Juro que puse algo más que ese puntito.

Quizás fue mejor que no saliera lo que había escrito.

Tan solo decirte que "te decía" la trágica manera en la que el sábado 26 perdí a una persona muy querida y que no puedo comprender el mecanismo que mueve a esas personas a actuar de esa manera, el dolor, la angustia, la soledad, el miedo... que se yo... que pueden llegar a sentir para hacerlo.

Un abrazo Jorge

Marcela dijo...

Hay que tener coraje para enfrentar el miedo, y irse y regresar...
Beso.

Unknown dijo...

Hola querido jorge! aqui estoy despues de una prolongada ausencia, pero como siempre pasando por aquellos lugares que me tocan el alma! muy buena historia, excelentemente contada, tanto que se me presentaban las imagines una tras otra con su fuerza y sus colores, que le puedo decir amigo...
un abrazo enorme!!!