miércoles, 19 de septiembre de 2007

Noticias de viaje

Esta semana anda conociendo nuevas tierras. Estoy recorriendo algunos municipios del departamento de Putumayo para reunirme con profesores que se encuentran desarrollando un trabajo de alfabetización con adultos.
Hoy fue, después de un largo recorrido ida y vuelta, un bonito día. Estuve reunido con maestros indígenas del municipio de Sibundoy, a tres horas de Mocoa, la capital del departamento. El viaje es un paseo a través de las montañas, con un profundo precipicio del que las camionetas se separan por sólo centímetros. El paisaje verde, la naturaleza soplando en el oído. Despúes de tres horas el pequeño municipio aparece en el valle como un cuadro de formas inconclusas mirando al cielo.
Durante cinco horas recorrí sus calles, conocí una escuela indígena bilingüe con énfasis en desarrollo artesanal, profundicé con los docentes en el estudio de la metodología de alfabetización, recibí una serenata de música tradicional y un lindísismo butaco de regalo. Durante esas cinco horas sentí una tranquilidad y una profundidad que no es cotidiana en la vida acelerada de la ciudad, que no es común para mi, sobre todo en esta época, pero que de alguna manera siempre estoy buscando.
Quedaron muchas cosas personales pendientes: un recorrido por el Valle, subir al mirador a observar el paisaje, hacer un limpieza con una toma de yagé, escucha los relatos de los indígenas, aprender, sentir...
Me quedo con muchas sensaciones de esta visita. Ahora estoy de nuevo lejos de ese mundo. Ahora estoy de nuevo sentado frente a un computador. Mañana continúa el viaje

3 comentarios:

Cinzia Ricciuti dijo...

Hola Jorge, que bueno que al fin te sentaste frente al computador para asi poder leerte un rato. Hace un tiempo tuve una experiencia parecida pero en la guajira venezolana, queriamos iniciar un proyecto de medicina mixta wayuu y occidental que lamentablemente nunca cristalizo'. Guardo recuerdos impresiontantes del contacto con esas personas y con esa tierra que parece infinita.

Que bueno que escribas, no dejes de hacerlo, siempre te leo con placer.

Un abrazo para ti.
Cinzia

Anónimo dijo...

Pensaba enviarte un mail pero qué mejor manera de comunicarme contigo que por este medio tan personal y a la vez tan anonimo. Tengo la tentacion como tu de narrar lo vivido en Colombia pero de un tiempo para aca me da miedo encerrar los recuerdos entre palabras. No es culpa de las palabras sino de mis frases. Sinembargo, leyéndote me doy cuenta de lo importante que es transmitir lo vivido para hacerlo vivir a otros, para viajar una vez màs a través de las pinceladas impresionistas por los rincones inesperados de la punta del continente llamada Colombia.

Anónimo dijo...

Arcecito de mi vida... tus palabras siempre bellas y precisas y preciosas me encantaron.
Yo aqui, desde Fuerteventura, Islas Canarias quiero compartirte mi periplo de redescubrir mis ojos nuevos.
Me encuentro en medio de los paisajes, las gentes, las culturas y las anecdoticas andadas por esta tierra dos veces antes recorridas. Sin embargo, por circunstancias cardiacas y neuronales que ya conoces, mis ojos polichados y mis seis sentidos me acercan a nuevas y divertidas realidades.
Visitando este nuevo mar atlàntico, circundado por infinitas dunas al mejor estilo africano, mi piel recibe insuflos de amor, esperanza y victoria.
Sin màs camara que mi recuerdo se han archivado bellos paisajes interiores que se funden con mis màs intimos anhelos de amores antes imposibles y ahora inexpiclable y metafisicamente realizables y alcanzables.
Ademàs de las estrellas de mar, esta mar se mece en los miles de estrellas nocturnas que pican el ojo para recordarme lo juguetona que es esta aventura vital, la vida: esta enfermedad incurable a la cual hemos venido a sanarnos.
Aqui desde la tierra desèrtica y volcanica asiento mi esperanza de la posible y esperada fuerte aventura de encontrar y poder alcanzar la buena estrella del buen amor que sè y siento, me merezco desde hace mucho y al cual pertenecemos dos estrellados y anhelantes almas en-amor-adas.
Ya te contarè si mis brillosos sueños y aspiraciones fructifican, a pesar de las difìciles condiciones climaticas y de las fàciles idealizaciones tras de las cuales se esconden los misterios de la magia del amor.
Besos,
Mar