jueves, 23 de abril de 2009

Escenas Breves I

Moscu I - Kandinsky

Todavía faltan varios metros, sus manos ya están sudando o llorando o saliendo del fondo del agua. La observa y revuelve las palabras. Las juega a la suerte, las desordena, las escoge con los ojos cerrados, sin respirar. Mientras camina Mario se va armando; es un rompecabezas ligero con las piezas incompletas. Ella tiene la que hace falta o ella es la que hace falta.

Se desliza por el pavimento hacia Alicia, la observa y adivina su espalda como un arco delicado, una línea recta con inclinación ligera cerca de su cabeza. Sus manos caen como remos, como veletas sin aire. El muro en el que está sentada es el horizonte en el que se refugian los días tristes.

16 comentarios:

Lena yau dijo...

No me canso de leerlo, Jorge..

Me llena de melancolía, de algo azul...

Un beso

¿Dónde estabas? Se te echa de menos!

Fogel dijo...

Jorge, que buen texto. Yo soy de pensar que no somos una persona, sino muchas distintas según el ojo de quien nos mira, de quien nos da forma con sus manos. De quien nos da voz con sus palábras.

Un abrazo

Ruth dijo...

dos besos...

a través del espejo

BEATRIZ dijo...

Yo, Jorge, en el primer parrafo pensé en alguien que nada en agua o en palabras de esa sustancia.

En el segundo parrafo ví la transformación. Ví a Alicia.

Saludos y cariño

Verònica dijo...

Me haces pensar justamente en lo que me comentaste.. en eso de que yo soy la que se toma el cafè con esa otra.. somos la misma... ella es la que en los dias tristes se refugia y yo soy la que pone la cara por ella... aunque no tenga ganas de salir..
UN ABRAZO, me gusta mucho mucho mucho leerte, Vero.

Alejandra dijo...

Que destruya el muro que los días tristes deben desaparecer, que los días tristes se deben dejar de lado hasta que solitos se desvanescan, hasta que huyan por falta de atención. Que Alicia lo reciba con los brazos llenos de sonrisas y alegría, que para compartir =) que mejor que una buena compañia y un par de manos.
Besito Jorge.

Єѕтnoм dijo...

Es más triste saber cual es la pieza que falta y que no encaje.
Besos.

Camille Stein dijo...

es una maravilla como escribes, prosa poética, poema narrativo... pero dejando aparte las sutilezas inservibles de la definición, un texto que me sumerge en una sensación de persistente encantamiento

un placer volver a encontrarte

un abrazo

PIZARR dijo...

No podía estar más de acuerdo con las palabras de mi querido Camille. Ambos sois dos poetas de la vida, uno en verso el otro en prosa.

La escena es breve pero intensa Jorge, caminé de la mano de Mario mientras recomponía sus piezas hasta llegar a Alicia.

Cada línea encierra un poema.

¿ Se nota mucho que ha encantado ?

A mi también me gusta ir descubriendote poco a poco.

Por cierto, adoro a Kandinsky quien de este cuadro dijo que pretendió mezclar elementos de diversos lugares con los de Moscú, al igual que el mundo estaba compuesto por elementos de diversa indole.

Los rayos amarillos que entran por los lados el cuadro parecen querer romper las nubes para iluminar la ciudad, junto con una especie de arco iris, encima del cual revolotean pajarracos negros.

Lo pintó en 1916 al regresar a Moscú tras la 1ª Guerra Mundial y en pleno clima prerrevolucionario.

Un beso desde este horizonte en el que también acostumbran a refugiarse días tristes, que intento contrarrestar con mis miradas.

 Mayte dijo...

Hay una sensación de nostalgia irresistible en cada palabra que te llena y absorve...muy hermoso.

Biko.

Anna Bahena dijo...

"El muro en el que está sentada es el horizonte en el que se refugian los días tristes."

el retrato de la nostalia.

Bellisimo.

Anna.

soleil dijo...

... cada palabras esta tan bien empleada! cada sonido que entre ellas conjugan... no se... es como que me envenena el ama, y digo envenena, pues... tantas sensaciones despertadas, no son solo de asombro, si no tambien de muros removiendose y descubriendo a puertas ocultas, donde se empiezan a escapar mas de mil sensaciones guardadas...

saludos... mil saludos.

ybris dijo...

Manos ya casi líquidas pertenecientes a un rompecabezas en el que falta ella.
Caen como remos o veletas sin aire (¿cansancio? ¿avidez?)
Dualidad del muro que siempre separa (¿De qué lado la tristeza?)
Quiero imaginar a Alicia como borde que deja la tristeza más allá, como cuerpo que las manos de Mario encajan en el suyo.

Venía a agradecer tu visita.
Me quedé un buen rato.
Volveré.

Un abrazo.

aroma dijo...

Hermoso relato, acompañado de una pintura fantástica...y digo fantástica porque altera el orden, decompone y es un paisaje de nunca acabar...hago una pausa y no termino de abarcar el paisaje...y leo tu texto delicadamente escrito, y lo que siento es que me detengo en una pausa líquida,me dejo llevar sin esfuerzo...dónde comienzan las manos empapadas y dónde el refugio de los días tristes...? es lo que me produce...volveré y gradezco la oportunidad de devolver la visita...

aroma dijo...

ah.......lo agregué...........bss

ignatiusmismo dijo...

Me ha gustado mucho, Jorge. Bien hallado.

Saludos.

ignatiusmismo;)