viernes, 21 de noviembre de 2008

Fragmento V

Cafe Terrace by Vincent Van Gogh


Ninguno de los dos fue a la cita. Se quedaron sentados, cada uno entre los armazones de su escritorio. La cabeza de él lista para recostarse en el hombro de ella, si no tuvieran una lámina gruesa y oscura en el medio. De un lado, Simón tenía pegado un calendario, porque su tiempo es tan corto y nunca alcanza; una invitación para el matrimonio de la mujer que alguna pensé que era para mi; un cartel con los anuncios culturales del mes pasado; y una hoja en blanco para ningún mensaje. Del otro lado, el de Manuela, habían tres dibujos de los sobrinos a los que nunca veo; dos boletas para una obra de teatro pero no se con quién voy a ir; una foto con sus tres amigas en el viaje de las vacaciones; un colección de papelitos de colores con mensajes; y un letrero de bienvenida después de mi operación.

A las cinco y media, la hora de la cita en la primera mesa de la izquierda ,cerca de la puerta, en el café de la esquina de la 93, los dos seguían sentados en la oficina. Manuela mirando la pantalla del computador. Simón con los ojos en su cuaderno de notas. Los dos pensando en las calles que los separaban del café y los centímetros que los separaban en ese momento. El silencio tocaba las ventanas. El aire se había ido.

17 comentarios:

Patricia Angulo dijo...

Habrá sido el miedo, la comodidad o el temor de ir y no encontrar aire?

Besos.

Celina Bigdance dijo...

Me gusta el juego en el que hablas en primer y tercer persona.

Me gusta todo y lo sabes.

Me pregunto por qué ninguno de los dos se movía, porqué ninguno se tenía si estabantan cerca. Si yo te siento aún con los kilómetros... ¿Por qué ellos no, si solo los separa una lámina?

Ironías de la vida.

Te Quiero :)

niza dijo...

hola Jorge, retomo mi blog y me encuentro con hermosas letras, que bello lo que acabo de leer.. por un momento estaba yo sentada ahi... del lado de manuela... tan segura y tan intimidada...

saludos enormes

DIOS ME DIO ALAS... AUNQUE NO PUEDAS VERLAS...

Celina Bigdance dijo...

Ey! a ver si coincides en que lo más simple se aprecia mejor :D

Pasa a ver la nueva historia y el nuevo color ok?

historiassdelirantess.blogspot.com

¡TE-QUIE-RO!

AFRICA dijo...

Cuantas veces nos arrepentimos de no haberlo hecho, de no haber dado ese paso que nos hubiera permitido tener una oportunidad, encontrar el motivo de una vida y por pereza, tristeza, cobardía o por... no sé porque, quizá, la oportunidad no te pilló en buen momento, el caso es que no lo damos y nos quedamos en la espera , sin siquiera haberlo intentado.

Un beso

Verònica dijo...

Cuàn cerca estamos a veces y cuan lejos..! Es impresionante, hasta eriza la piel, moviliza tanto el darse cuenta de las oportunidades que dejamos pasar!!!... Me gusta que te involucres entre las lìneas de la historia, me gusta como siempre lo que escribis, generalmente extraño que lo hagas mas seguido.. pero eso de la inspiraciòn... no es nada fàcil. Un besote Jorge, Vero.

Arcángel Mirón dijo...

Duele la soledad. Pero me duele más la fuerza demoledora de la costumbre.

karina Androvich dijo...

Qué lindo Jorge!

El no animarse, el miedo, quizás en algún otro intento o quizás nunca.

Una pena que pasa tanto...

Verónica E. Díaz M. dijo...

Pues yo también me quedo pensando aquí en los "por qués"...

Un abrazo Jorge

Verònica dijo...

Jorge ya lei esta maravilla entre tantas que encuentro por aqui, en esta ocasiòn solo paso a agradecerte tu comentario en "perdida" ya que en mi blog no los respondo, pero agradezco mucho tu abrazo, no me alegra que te identifiques con lo escrito pero si saber que aùn en la distancia nos comprendemos en el sentimiento. UN BESOTE, Vero.

soleil dijo...

Sera el miedo de saber que si se levantan y caminan unos paso...su detino podria marcarse?

o sera que saben que si se quedan en esas oficinas, estaran mas seguros de lo que pudo haber sido,...

me encanto, simplemente me encanto...

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Las historias de oficina me encantan. Trabajé cinco años en estos ámbitos rutinarios que solo se volvían jugosos con los amoríos cruzados. 50 hombres vs. 50 mujeres. No había estados civiles, compromisos pendientes, solo cafes solitarios y hotelitos baratos que no condenaban ningún pecado.
Hice un cuentito largo sobre esto, después te lo enviaré por mail.

Una gran novela de oficinas es LA TREGUA de Mario Benedetti. Si no las has leído, te la recomiendo vehementemente.

Saludos.

PIZARR dijo...

¿que tiene que ver Manuela con el narrador ? ¿acaso son la misma persona?

De cualquier forma estas historias entre tableros y biombos de oficinas dan mucho juego, tanto en los textos escritos como en la vida real.

Gracias por tus palabras y un beso desde Bilbo

Patricia dijo...

Que lindo relato y que manera mas hermosa de relatarlo, me gusto :)
Y alguna vez me senti como Manuela, tan cerca y tan lejos...si tan solo uno de nosotros hubiese sido mas valiente en mi momento...
...en fin el tiempo pasa y la leccion llega....pero el momento se va.
Saludos,

BEATRIZ dijo...

Hola Jorge,

Es un fragmento, lo dice el titulo y comprendo que viene mas antes o despues, eso basta para entender.

Yo tambien trabaje en oficinas y disfrute porque tenia tiempo para leer y escribir, los dias mas tranquilos claro.

...y si ahora los dos corrieran al encuentro, a buscar el aire?

Van Gogh, una biografia de el fue el primer libro literario que lei, ya hace largo tiempo. Tu sabes que las primeras experiencias se quedan grabadas con mayor claridad. Siempre que veo una de sus pinturas, pasajes del libro me dibujan la realidad.



Un abrazo

Ada dijo...

Vengo del blog de Gilda y quiero decirte que me gusta mucho, mucho tu forma de escribir. Que lindo encontrar este lugar.
Saludos!

Inuit dijo...

La felicidad, a veces, es cuestión de tomar una decisión arriesgada y algunos ni se atreven a tomar la iniciativa que les conducirá a ese gozo de dos.¡Qué bobos!
Inuits