El terminal del centro de la ciudad era una construcción pequeña y vieja, con una alta torre en la que reposaba un reloj que había dejado de funcionar muchos años atrás. El desgaste de los muros combinaba con su aspecto amarillento y triste. Era un edificio que había perdido su imponencia y sólo se limitaba a cumplir con una rutina automática y repetida. Las taquillas, los pasajeros, los negocios, el olor a comida del día anterior, Julia entrando a las 5:20 de la mañana de un viernes.
Desde la entrada se veían las filas de personas desprendiéndose en espirales, en líneas rectas y curvas, como la cola de una cometa que no tiene suficiente aire para volar. Detrás había desayunos, café recalentado, café fresco, carrera de maletas (la amarilla con listones rojos iba en primer lugar), máquinas para forrar las maletas, hombres para operar las máquinas de forrar las maletas, mujeres con niños, mujeres sin niños, niños sin mujeres, parejas con la esperanza de encontrarse o de perderse, familias amarradas y familias libres (no muchas), voceadores de periódicos, de empresas de transporte y anunciantes del fin del mundo, mujeres lavando el suelo, hombres lavando zapatos, mujeres y hombres lavando las culpas, puestos de dulces y de cigarrillos y de recuerdos para pensar en ti, pies caminando, pies bailando, pies ansiosos, pies de colores y en blanco y negro.
Julia ubicó la fila a la que debía colgarse, como en una procesión. Caminó hacia ella con la mirada pegada al vidrio y al hombre de gafas grandes, verdes y amarillas que repartía los tiquetes. Sus manos se estiraban como enredaderas buscando camino en un jardín sin luz. Era tarde y sabía que ya no iba a alcanzar al de las 5:30.
8 comentarios:
Bien por la vuelta, Jorge.
Se te extrañaba.
¿Continuará la historia?
Saludos!
cada llegada y cada ida tiene una historia a seguir...asi q espero que continue, me gusto como quede tranportada al escenario!
que bien que regreses y que Julia también; me tiene cautivada este pequeño gran personaje, que tanto transmite y con quien nos podemos sentir identificados.
me quedo con la intriga,
besos..
Quizá su destino era otro, algo memorable sucedería ese día..
saludos, Monique.
Abrazo tu relato.
Y no dejes de escribir.
Beso.
Felicitaciones por tu excelente trabajo. Estoy divulgando un nuevo blog donde recopilo la vida y obra de un personaje misterioso que quiero dar a conocer. Te invito a visitarlo.
Saludos y felicitaciones nuevamente.
Pd: excelente historia.
Volvió Julia! Estuve en sus inicios, me gustaría saber más de ella!
Saludos!
Jorge, de pronto recordé el tiempo que llevaba sin visitar no solo tu blog, sino otros muy queridos y cuando decido hacerlo encuentro que llevas meses al parecer alejado de este mundo.
Espero que nada negativo sea la causa y que pronto volvamos a contar con tu presencia.
Un abrazo y Feliz 2011 y todos los años de tu vida.
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