Esta semana que viene voy para Santa Marta y Barranquilla, en las costa atlántica colombiana... fin de semana de descanso con mi familia y semana de trabajo. Al regreso les cuento. Un abrazo a los que pasen por aqui.
Jorge te deseo una buena temporada tanto de trabajo como de descanso. Particularmente tengo una relación extraña con la costa atlántica, Barranquilla es una mezcla para mí de mujeres agraciadas y hombres enamorados que viven dejando tras de sí estelas de alegría, su música, su comida, logran un efecto en mí: el de olvidar un rato las agonías internas, las pequeñas muertes que diariamente vivimos. En Cartagena me pasa algo distinto, a pesar del significado incluso de la ciudad, me hace sentir cercana a mí (no sé si logres entenderme esto, pues parecería un contrasentido inicial), me hace sentir parte de un universo amplio, mágico... El efecto de la arena en mis pies, el rumor del mar, la fuerza de las olas, el olor de la playa al mediodía y a las siete de la noche, me revitaliza... Santa Marta, ha sido un destino esquivo, una promesa incumplida y un deseo enorme por perderme allí en el azul de su mar. Todo esto para decirte que te dejo también un abrazo. Adriana
2 comentarios:
Sii, Jorge, cuéntanos!! ¿Cómo es Santa Marta? Hace tiempo que tengo curiosidad por esa ciudad, se me hace que es muy linda y musical...
Un abrazo para tí también, y disfruta el viaje!
Ximena
Jorge te deseo una buena temporada tanto de trabajo como de descanso. Particularmente tengo una relación extraña con la costa atlántica, Barranquilla es una mezcla para mí de mujeres agraciadas y hombres enamorados que viven dejando tras de sí estelas de alegría, su música, su comida, logran un efecto en mí: el de olvidar un rato las agonías internas, las pequeñas muertes que diariamente vivimos.
En Cartagena me pasa algo distinto, a pesar del significado incluso de la ciudad, me hace sentir cercana a mí (no sé si logres entenderme esto, pues parecería un contrasentido inicial), me hace sentir parte de un universo amplio, mágico... El efecto de la arena en mis pies, el rumor del mar, la fuerza de las olas, el olor de la playa al mediodía y a las siete de la noche, me revitaliza...
Santa Marta, ha sido un destino esquivo, una promesa incumplida y un deseo enorme por perderme allí en el azul de su mar.
Todo esto para decirte que te dejo también un abrazo.
Adriana
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