miércoles, 7 de enero de 2009

Pequeños recuerdos

Mientras cruzaba la calle me encontré con su recuerdo. Traté de esquivarlo, cambié la dirección, di la vuelta, cerré los ojos -en la mitad de la calle de doble dirección-. Intenté deshilvanarlo, reducirlo, ocultarlo, desaparecerlo. Quise darle la espalda y olvidar. No funcionó.

Caminé con él, lo ignoré, le grité, me sacudí la piel y el tiempo y las nostalgias. Se sentó conmigo en el tren, me quitó la cobija, me salpicó, me miró de frente, habló en lenguas extrañas – o era yo que no quería entenderlo-.

Dormí. No soñé. Me bajé del tren. Se metió en mi bolsillo, en mis orejas, en mis zapatos apretados. Me acompañó a la tienda –una bolsa de leche, tres panes, el periódico y un remedio para el recuerdo-; lo último estaba agotado.

27 comentarios:

Nayuribe dijo...

Ah, los recuerdos... Yo tengo algunos desde hace un par de años que no me han dejado de seguir... He tenido que aprender a vivir con ellos, aunque a veces me siguen incomodando...
Gracias por entrar a mi blog y leerme... te espero pronto

Alejandra dijo...

No hay otra forma que hacerlos complices del presente, del dia a dia, del hoy. Tenemos que enfretarnos cada dia para que nuestro pasado nos deje en paz y nos permita construir un mañana mejor.

Besoteeeeee enorme Jorge.

Estrella dijo...

Remedios para el recuerdo: diría Julio Ramon Ribeyro que habría que mirarlo de frente, encararlo, pensarlo y repensarlo, para que se canse, y se retire, silbando bajito.
Me gustó mucho.

Wycherly dijo...

Si tienes la suerte de encontrarla me dices en donde por favor!

saludos

Verònica dijo...

Asi es Jorge, evidentemente.. aunque lastimen estàn ahi e imploras amnesia pero amnesia no llega.. serà una chica difìcil o sabrà que los recuerdos somos nosotros mismos y no querrà vernos sin algo que nos pertenece..
eso, quizàs lo positivo sea tomar al recuerdo como a aquello que nos permite ser esto que somos hoy y seguir creando las memorias del mañana. un abrazo ASI! Vero.

Anónimo dijo...

Se lo extrañaba amigo! lindos recuerdos. "...me sacudí la piel y el tiempo y las nostalgias..." este parrafo conmociono mi ser.
un abrazo!
La Unika.

Jorge Arce dijo...

Nayuribe: gracias a ti por tu visita. Un abrazo!

Alejandra: si, enfrentarlos y cerrarlos. Otro beso para ti

Estrella: creo que es justamente eso, mostrarle quién es el más fuerte, con con la fuerza sino con la vida.

Wycherly: claro qie si, estaré muy pendiente y te aviso.

Verónica: si, los recuerdos somos nosotros mismos. Cuando eso está claro el espejo es de otro tamaño.

Unika: gracias por estra siempre aquí. Un abrazo

AriaDna dijo...

hay recuerdos imposibles de olvidar, aunque creo que a veces es bueno recordar

un besote

Sibyla dijo...

Ciertos recuerdos, en ocasiones pueden llegar a ser las peores pesadillas!

Me encantan tus entradas, concisas pero llenas de profundo contenido!

Un abrazo:)

alaluzdeunaluciernagaazul dijo...

Gracias por tu comentario y por descubrirme tu espacio.
Tmbién me ha gustado mucho lo que he empezado a leer, así que volveré seguro.

Un saludo

mjromero dijo...

El mejor remedio creo que es no esquivarlo.
Un abrazo.

Una naftalina. dijo...

uf, pasa, ese terco recuerdo que se empeña en seguir, ahí... muchas veces, entorpeciendo...

Un abrazo grande!

AFRICA dijo...

Mis recuerdos son igual de pesados, por mas que intento que no me acompañen, ahí están y a veces hacen que me sienta un poco triste


Un beso

Casandra dijo...

mmm y en que idioma te habla tu recuerdo ????

PIZARR dijo...

Es que a veces los recuerdos son como una segunda piel, dificiles de extirpar.

Un beso

AlmA :) dijo...

Tatuados los llevamos en la piel... a veces los olvidamos al formar parte de nosotros... a veces pellizcan nuestro cuerpo para recordarnos que los recuerdos perduran...

un beso

eva lluvia dijo...

conozco ese tipo de recuerdos...es mejor dejar que nos acompañen hasta que ellos mismos decidan abandonarnos...


bienvenido:)

Arcángel Mirón dijo...

Hace dos noches que vengo soñando con él, o con su recuerdo, no sé bien. Y me despierto devastada.

Jorge Arce dijo...

Ariadna... ahí esta la tarea, encontrar el punto intermedio.

Sibyla: gracias por tus palabras. Me alegra tu regreso

alaluzdeunaluciernaga: entonces serán visitas mutuas. Bienvenida,

Alfaro: mirarlo y enfrentarlo...

Naftalina: la pregunta sería: quienes podrán ser más tercas, los recuerdos o nosotros?

Africa: parece ser que así está escrito: caminar de la mano con los recuerdos, de cualquier clase.

Casandra: ningun idioma conocido, ninguno que se pueda entender, ninguna que tenga ninguna relación con otras historias.

Pizarr: y es contradictorio, porque esa segunda piel es también la que nos mantiene en pie...

Alma: si, permanecen escondidos a la espera de algún momento para ser evidentes de nuevo.

Hawwah: si, la estrategia e la ignorancia que funciona en muchos casos

Arcángel: pues que sea un camino en compañia entonces. Un abrazo

karina Androvich dijo...

Hermoso Jorge, quién no tiene algún recuerdo que le haga estas cosas?

Saludos y un beso

Verónica E. Díaz M. dijo...

Te mando un remedio gratis... dejalo fluir... no te opongas... ellos se empeñan más cuando hacemos resistencia... ahhhh, y cuando estés preparado... sustitúyelo...

Besitos

PD: a mi me funciona, no está de más intentarlo ;-) y me avisas si te funcionó

Clarice Baricco dijo...

Me divertí leyèndote. Me gustó mucho la forma tan original de cargar con los recuerdos, pero claro, yo no terminé agotada, jajaja...

Abrazos chico.

FlOpaZ dijo...

A veces uno no quiere recordar por el simple hecho por no recordar o por que fue algo muy fuerte que paso. Hay que aprender a vivir con ellos, para poder vivirlo desde aca pero como simple recuerdo y luego sacudir la cabeza y seguir caminando.
Besos Jorge!=)

PIZARR dijo...

Gracias por esos ánimos

Un beso

JUANAN URKIJO dijo...

Cuando me persigue un recuerdo, sencillamente echo a correr hacia la primera esquina que veo. Luego la doblo, me la guardo en el bolsillo y recupero el resuello, sabedor de que he olvidado a mi perseguidor en una remota dimensión.

Buen relato, Jorge.
Abrazo.

vulcano dijo...

Te doy esta receta: Ten tu cajita de pandora y cuando un recuerdo salga de ella, echale llave después de viajar en él, porque siempre, siempre tendrás que llevar la llave contigo para cerrar de nuevo la caja.


Un beso Jorge, dorado y de fuego,

Vulcano.

Inuit dijo...

Es que los recuerdos se clavan como los anzuelos en el paladar del vuelo de lo que fue y corroe y se oxida y duele y lloras y en ese momento se apiada de nosotros y se suelta espontáneamente y hasta otro día, otro momento y otro lugar, pero eso sí, sin previo aviso.
Inuits