domingo, 22 de enero de 2012

Sigue esperando, sentada en una silla de madera mordida por la lluvia y por los años y por los recuerdos, en un paisaje escondido de las miradas y de los pasajeros que deambulan sin conocer la dirección; sólo siguen las huellas trazadas por las generaciones y por los mitos.

Es una mujer con las líneas amarillas y las manos cansadas, detenida en un espejo que se cansó de sonreír. Esa tarde tiene 47 años y una caja rota sobre sus piernas. Sabe que nadie va a llegar y también hace frío.


6 comentarios:

Esilleviana dijo...

Hacía tiempo que no te leía y me alegro de hacerlo hoy.

Hace frío y echa de menos a alguien, pero lo más triste al sacar esa caja guardada, es mantener algún tipo de esperanza o deseo de que ese pequeño ataúd reviva un antiguo amor.

un abrazo

BEATRIZ dijo...

Pero que gustísimo tu regreso Jorge, se te ha extrañado todo el año pasado, espero que este año te vea más seguido.

Me ha alcanzado un poco esa espera ente la humedad de la lluvia y lo derruído de las cosas, cuarenta y siete no es tanto después de todo.

Admirable brevedad.

Un abrazo

eMiLiA dijo...

La última frase es muy triste.
Bienvenido. Siempre es bueno volver a leerte.

Abrazo!

ShaO dijo...

bueno pero lo último que quedaba en la caja, al menos en la de pandora, era la esperanza, por qué no en la suya aunque sea entre las astillas?
Abrazote

PIZARR dijo...

No sabes cuantísimo me ha gustado tu regreso y tus letras en mi casa.

Al final como decías hace meses, uno se siente también en casa en estos lugares comunes que entre muchos hemos ido creando.

Como siempre delicadas y bellas las palabras que nos dejas y como siempre, espero y deseo que sigamos compartiéndolas.

Un abrazo y bienvenido de nuevo a tu casa.

Alejandra dijo...

Jorge un gusto leerte de nuevo sabiendo de ti.
=] Uy ojala que vuelva reir, en una de esas se anima a ir en busca de eso que espera