domingo, 21 de septiembre de 2008

Fragmento IV

Zapatos. Vincent Van Gogh


Eduardo, las manos en los bolsillos y la boca detrás del mundo. Contra el andén se estrellan las piedras y las migajas de polvo que se despegan de sus zapatos. En la cabeza lleva un sombrero hecho de periódico –miércoles agosto 27, un río y tantos muertos-, un rayo de sol y el colibrí que le pintó su hermana antes de salir. Su hermana no va a volver. Se lo dijo en la mañana pero es un secreto no se lo digas a nadie.

Por eso desde que salió de su casa, con la mirada de su hermana escondida dentro del cuello de su camisa, no volvió a hablar, ni a levantar la cabeza, ni a respirar profundo. Iba, con la calle entre sus medias, con cautela y muy despacio. No quería espantar los recuerdos ni invocar los ríos que bajan como torrentes desbordados cuando piensa en ella.

Su hermana Esperanza tiene 17 años, un lunar en la frente y los ojos cansados. Caminaba despacio para no hacerle ruido a sus demonios. Pero siempre se despertaban. Su mirada quemaba las raíces, le ataba las manos, le quitaba el aire. Por eso se fue. Lo que no sabe todavía es que los demonios se fueron con ella.

17 comentarios:

Patricia Angulo dijo...

Entiendo la mirada de Esperanza y que por eso se quiera ir a no sé dónde llevándose los demonios, pensando que si se va los deja. La entiendo tanto a ella como a los ríos desbordados de Eduardo que con esa mirada y todo la ama.

Me queda el corazón abolladito de emoción después de leerte, ahora lo tengo que ir a planchar.

Besos.

CAROLINA MENESES COLUMBIÉ dijo...

Siempre es un enorme placer detenerme aquí.

Una abrazo

soleil dijo...

... bueno, ya empese a temblar, un largo escalofrios me recorrio el cuerpo de principio a fin, era ese el objetivo?

me aterra que se lleve con ella sus demonios, pero creo que hay esperanzas... pude que a ellos teman al frio, a la nueva etapa, o quiza a un suelo distinto, por lo menos tomo el primer paso y se fue.... ellos tambien iran, pero quien sabe si permaneceran...

yo sinceramente espero que no, que se vayan y bien lejos, para noa tormentar a otras almas.

Verónica E. Díaz M. dijo...

Hola Jorge, precisamente tengo que desenredar el hilo... o encadenar los fragmentos... perdida como estoy aún te encuentro...

Un abrazo

Estrella dijo...

Placentera la lectura de este nuevo fragmento, como siempre.
Pienso en Esperanza, en sus 17 años, en sus demonios...

Alejandra dijo...

La esperanza de Eduardo se fue... Dices que los demonios se fueron con ella, pero pienso que se quedaron acompañandolo a él, bajo sus maltrechos zapatos tal vez, o quizás dentro de su mirada cautelosa. Ya no la tiene a ella...


Besooo Jorge, un relato muy dulce y triste.

AFRICA dijo...

Que tristeza la de Eduardo, tener que despedirse de su hermana, le diría que no importa que camine mas deprisa y sin cuidado, los recuerdos cuando son de un hermano que se va no se espantan, permanecen siempre. Y que pena de Esperanza si se va buscando lo que no va a encontrar.

Arcángel Mirón dijo...

Ojalá aprenda a caminar acompañada de demonios. Ojalá pueda domarlos.

Muy bueno, Jorge.

Escribir, coleccionar, vivir dijo...

Todos los comentaristas piensan en Esperanza (¿nombre irónico o alegórico, señor autor?)y yo me quedo con Eduardo, con ese mundo que se le cuela por su pobreza y desolación:
"la mirada de su hermana escondida dentro del cuello de su camisa",
"Iba, con la calle entre sus medias". La tristeza infinita albergada en su ropita... y el camina despacio, quizás para no convocar a esos demonios que acechan a su hermana.

Excelente texto, como siempre la pintura dando marco al relato.

Casandra dijo...

La esperanza que huye cansada a los 17, depronto vuelve varios años después con nuevos aires y algunos demonios exorcizados...

Inuit dijo...

Pero qué bien escribe usted y que mágico es el relato;incluso me han parecido los demonios angelicales.
Una imágenes muy bellas, sí.

Inuits

Anónimo dijo...

Como me gusta esto de reconstruir con cada fragmento suyo...
bello amigo!
lo saluda,
La U.

Clarice Baricco dijo...

Me dolió.


Abrazos.

Conciencia Personal dijo...

Será evoación a Theo?

Celina Bigdance dijo...

Si se entera Esperanza que los demonios con ella van, querrá morir, que no se entere... Esperaza no debe morir...

No, de los demonios no se puede escapar.

Pero tampoco del recuerdo, ojalá Eduardo levante la mirada un día y se convenza de que a Esperanza jamás la olvidará.

Te dejé palabras en tu correo :)

Te extraño.

Besos, de gotas... frescos.

GEORGIA dijo...

Me ha dejado sin palabras este texto, pase por este blog mientras daba un paseo, pero de seguro me quedo anclada en él

excelente

te abrazo

Georgia

Anónimo dijo...

Ojalá esos demonios la fortalezcan y sus fuerzas no la abandonen
Siempre es tan gustoso pararse aquí.
sabes que estoy cerquita, no?
un abrazo