En el mercado público, un puesto de Yerba Mate. Tomo desde hace muchos años. En Porto Alegre aprendí a hacerlo de otra manera, de la forma y con el sabor brasilero, más suave que el argentino. Ahora alterno entre una y otra manera. Ese día comi con mi hermana en un rodizio, segundo piso, lo mejor fue la carne por supuesto.
Había llevado algunos tabacos para Buenos Aires. Ese día, entre las cervezas y el aire dando vueltas, encendí uno. Por supuesto no podía faltar la foto.
Unos churrasquitos (para nosotros serían pinchos) como a las 10 de la noche, saliendo de una jornada de estudio. Se perdieron mi foto comiendo...
1 comentario:
Ahhh es como si estuviera oliendo esos churrasquitos, la verdad son deliciosos con un refresco de mate...
Umm recordar es como volver a vivir.
Besos mi querido compañero de laberinto.
Publicar un comentario