El viernes en la noche vi "El Tiempo", de Kim Ki Duk, un director surcoreano que es necesario seguir. A través de la película es posible reflexionar sobre los efectos del paso del tiempo, en la vida, en el cuerpo, en el amor; y en las posibilidades de cambiar las imágenes que vemos en los espejos y entonces perdernos de nosotros mismos.
En la larga caminata después de la película, entre los suspiros del viento y las voces de la calle, volví sobre algunas ideas en las que he trabajado estos días. Por ejemplo, en esas sentencias casi inevitables en las que se convierte nuestro proceso de "socialización", la formación de nuestro carácter. Es ahí justamente en donde nos alejamos de nuestra esencia, del contacto con nuestro centro. El carácter, construcción artificial, nos aleja de los que somos y nos pone en el camino de lo que los demás necesitan de nosotros. Y así el tiempo pasa, entre las actuaciones mecánicas y el reconocimiento de las múltiples máscaras pero nunca de lo que realmente podríamos ser.
También pensaba, entre mis propias máscaras, en la fragilidad de lo que somos. Personajes de una obra que se mueve al son de los deseos de los espectadores; pocas veces de los protagonistas. Movimientos, sutiles o violentos, en los que intercambiamos las voces y las actitudes; la acomodación a los contextos y a sus necesidades. Para mi es claro que sin encontrar el centro, tarea que no es imposible, esta rutina no cesará.
8 comentarios:
EStimado amigo Jorge: vengo desde el Testigo a leer como deshilas palabras y lo qu eplanteas de esta pelicula es muy interesante. Sabes que en la cultura judia hay una celebración que se llama Purim que corresponde al mes del signo piscis y el ella desfilan todos los personajes que haz sido en el pasado, presente y en una especie de emborrachamiento te desprendes para volver a tu "esencia" como dices tu, y celebras el milagro de la vida...para nosotros ese milagro es recuperarse y saber que la vida siempre prevalece..
Shalom
Michelle
Un moralista diría que todos somos un producto de máscaras que reinventamos una y otra vez porque tal vez no quedó bien en un principio, somos impostores, vivimos de la autoficción... a vesces por miedo a nuestra interioridad... Pienso, que debemos cambiar esa actitud, despertar sin dejar de soñar.
Michelle: me parece que una celebración en la que te regocijas con la vida de esa forma debe ser maravillosa. Gracias por tu visita, te espero de nuevo
Ágape: coincido en la presencia permanente de ese miedo a los espejos que nos revelan lo que en verdad somos. !Un abrazo!
Tengo que verla...
excelente fin de semana!
Interesante tu reflexión en una película que se muestra rica en contenido.
Decía Octavio Paz: "máscara la sonrisa y máscara el rostro".
saludos
A mi me gusta mucho el cine de éste director.
Y profunda reflexión escribes.
Saludos agradecidos.
Sandra: mírala y me cuentas. Buen fin de semana para ti también
Coinciencia: Me gusta mucho Octavio Paz, gracias por tu visita
Clarice: Yo apenas empiezo mi camino por este director... gracias a ti
He visto varias película de este director, que para mí contienen una belleza visual poética, unida a relaciones humanas de efecto brutales...Me pasó con "La isla", "Hierro 3", "Samaritan girl" y "Primavera, verano, otoño, invierno y otra vez primavera"...Verá esta nueva cuando tenga oportunidad y me quedo fascinada por tu analisis...
Un abrazo
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