miércoles, 30 de mayo de 2007

A propósito de la última entrada, me pregunto cúales son las dinámicas internas que nos llevan a someternos a las rutinas que desgastan, agotan y causan una lenta muerte. ¿Cómo tomamos el camino por el que tantas veces nos prometimos no ir? ¿Cómo perdimos, sin darnos cuenta, la capacidad de asombrarnos, de reencontrarnos en el espejo, de respirar profundo y de vivir?

Una mañana, entre el café y el sonido de la calle, descubrimos que no somos lo que que habiamos planeado, reconocemos con dolor que los sueños y las imagenes se desvanecen entre los dedos y que, lejos de lo que esperabamos, nos hemos convertido en un punto sin corazón en medio del blanco y del negro, y de las manías que en algunos casos nos liberan de las obsesiones.

Ahí descubrimos, en algunos casos, que la única manera de vivir es reconstruirnos violenta y suavemente, volver a encontrar un nombre entre las cenizas, tomar aire y saltar con los ojos cerrados.

7 comentarios:

Yuria dijo...

Ay,Jorge, qué buen filósofo eres. He releído tus palabras y ha sido entonces cuando he advertido un tinte de pesimismo, la rutina,la pérdida de la identidad y de los sueños. "YO SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS", pero hay que buscar día a día esas circunstancias hasta conquistarlas y, si es preciso, como dices, reiventarnos. O, dormir profundamente, que, mañana será otro día.
Un beso, amigo.

Cinzia Ricciuti dijo...

Creo que el camino lo equivocamos desde el principio cuando los adultos empiezan a repetirnos esas grandes "VERDADES" y terminan convenciendonos de cosas que ni ellos creen y nosotros a nuestra vez se las ensenamos a nuestros hijos.
De todos modos, el reflexionar y darse cuenta del tiempo perdido es solo una manera de reinventarse y redescubrir la emocion.

Un placer leerte.
Cinzia

Cinzia Ricciuti dijo...

Me gustaria incluirte en mis links, avisame si esta' bien para ti.
Gracias
Cinzia

Sandra Becerril dijo...

Sí, un dia nos damos cuenta que lo que esperábamos, cambió de repente, en algún punto llegamos hasta acá. Pero por el hecho de llegar, somos afortunados creo yo, desde ahí partir para reconstruirnos, como tú dices. Nunca es demasiado tarde

Besos y feliz fin de semana

ignatiusmismo dijo...

Bien cierto. Cierto también que nos queda la esperanza de reinventarnos, y si es posible, hacerlo cada día. Es el mejor antídoto frente a la desidia que nos conduce a la lenta agonía. Saludos.

Milonga dijo...

a veces hay que tocar fondo…

Anónimo dijo...

Muchas gracias por la visita. :) Paso a saludar.